sábado, 11 de febrero de 2012

Para sanar de un milagro a un enfermo se necesita unción, pero para irlo a ver y cuidarlo se necesita amor y compasión.

Mateo 25:35-40 

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. (...y para esto señores no se necesita "unción" se necesita ¡AMOR Y COMPASIÓN!... Y ESTO LO PUEDE HACER CUALQUIERA, PERO NO CUALQUIERA LO HACE)